Pequeños hábitos para grandes cambios

Por Paula Valenzuela Rendic

En los últimos años nos hemos vistos enfrentados a un problema de contaminación preocupante. El mar se ha convertido en el gran basural del planeta. Islas compuestas de desechos -con una superficie que dobla a la del territorio chileno- flotan a la deriva, miles de muertes de fauna marina son producidas por la ingesta de basura y los micro plásticos ya son parte de la cadena alimenticia. 

El uso de plásticos y el poco reciclaje implica que hasta 8 millones de toneladas de estos desechos lleguen al mar anualmente. Gran parte de los objetos que utilizamos como botellas de agua, bolsas, o envases desechables tienen una vida útil de pocos minutos, y permanecen en el ambiente miles de años. Si bien, lo ideal sería no utilizar plásticos desechables, las practicas de reciclaje que ayudarán a mitigar este problema no se han adoptado con la suficiente fuerza en nuestro país. En Chile, según la Asociación Gremial de Industriales del Plástico (2019), se recicla menos de un 9 % del plástico que se consume. 

Como surfista me ha tocado ver esta situación de cerca en diferentes países. La contaminación llega, incluso, a islas y lugares despoblados, donde los plásticos son arrastrados por las corrientes para terminar en las playas, dando cuenta de cómo este es un tema que afecta al globo entero y que las acciones de unos, las pagan también otros. 

Dentro de los contaminantes más perjudiciales estan los pañales y las toallas higiénicas, que ocupan el tercer lugar dentro de los productos qué más lentamente se descomponen en el planeta, tardando 500 años en biodegradarse. Una mujer puede contaminar con cerca de 6 mil toallas higiénicas y tampones durante su vida menstrual, sin contabilizar sus envoltorios plásticos y aplicadores. Este problema me hizo buscar maneras de ayudar, como mujer, a reducir esta huella. Así nació MiaLuna, una copa menstrual reutilizable que reemplaza el uso de toallas higenicas y tampones y que ha logrado reducir la huella de carbono gracias a la venta de más de 180 mil copitas. Si pensamos en que cada una de estas compradoras dejó de usar 6 mil toallas gracias a MiaLuna, significarían mil millones de toallitas que no llegaron al ambiente, ni al mar. 

Bajo esta misma idea surgió MiaSoul Market, un mercado eco amigable y saludable, que busca educar, concientizar y ayudar a nuestro mundo. Con una variedad de productos biodegradables, cruelty free y ecofriendly guiamos a nuestros clientes para crear nuevos hábitos de consumo sustentable, como fomentar la compra a granel para así reutilizar envases, ofreciendo artículos biodegradables para el cuidado personal, lavar ropa y limpiar el hogar, y fomentando la nutrición conciente.

El problema de la contaminación es grande y mundial. Hay mucho que hacer y avanzar al respecto, pero estoy convencida de que, si cada persona adoptara pequeños hábitos, estos se convertirían en grandes cambios. Y me enorgullece poder contribuir en ello. 

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