LUP: La extraordinaria fusión de reciclaje, artesanía y comunidad

Laura Corbalán y Ricardo Basáez

El 2014 estudiantes de diseño realizaron un proyecto de tesis para lograr un magíster, el cual cambió totalmente sus vidas. Tenían una gran inquietud sobre cómo extender la vida útil del plástico, un material diseñado para durar cientos de años, pero que sólo ocupamos durante una fracción de ese tiempo. 

Javiera Badilla, Rafael Salas y Sebastián Santamaría, crearon una fibra flexible a partir de plástico reciclado, un invento que se transformó en una gran oportunidad de generar un negocio sustentable de triple impacto. Así nació LUP, una plataforma de desarrollo artesanal que combina el reciclaje de plástico con el trabajo de comunidades que fabrican piezas artesanales con diseños creativos y originales. 

Con esto, lograron transformar el problema de los residuos plásticos en una oportunidad de desarrollo, fabricando muebles y objetos de decoración bajo prácticas de comercio justo. 

“A medida que fuimos conociendo sobre la industria del reciclaje, nos dimos cuenta que era clave encontrar un uso para la fibra LUP que fuera coherente con su proceso productivo, es decir, que no fuera un uso con requerimientos técnicos demasiado complejos, como puede ser la impresión 3d o aplicaciones industriales”, nos cuenta Rafael Salas, uno de los fundadores de LUP. 

Fue así como estos jóvenes diseñadores encontraron en la fabricación de objetos hechos a mano un mercado compatible con estos principios, específicamente en áreas como el diseño, el arte y la artesanía. 

Comenzaron a desarrollar distintos tipos de objetos como canastos, pantallas de lámpara, mobiliario y objetos de decoración en general, trabajando al mismo tiempo con artesanas de distintas localidades, lo que les permitió descubrir nuevos usos y aplicaciones para este material.

“No estaba en nuestros planes, pero nos dimos cuenta de que en el área formativa había un valor que iba más allá de los objetos. También entendimos que el proceso de fabricación del objeto a veces podía ser más relevante que el objeto mismo”, asegura Rafael. 

Queremos aportar a mantener la artesanía vigente y acercar el reciclaje a localidades donde no está tan desarrollada la gestión de residuos. Vemos una relación virtuosa en estas actividades

Rafael Salas, cofundador de LUP

Reinventando la Cestería
Una de las especialidades de LUP es la fabricación de cestos, mezclando materiales nobles, como el mimbre, con fibra de plástico reciclado, dando color y originales diseños a estos trabajos de artesanía. 

“El vínculo con la cestería nace a partir del trabajo con artesanos, ya que fue este mismo trabajo el que nos permitió validar que podíamos extender la vida útil del plástico y aumentar su valor como material (…) La cestería es una técnica que normalmente utiliza fibras vegetales, entonces ya había una cierta familiaridad con la forma en que se podía trabajar la fibra lup. Eso, junto con el conocimiento y talento de los artesanos, nos permitió desarrollar los primeros prototipos”, cuenta Rafael Salas.

El trabajo con las comunidades de artesanos ha sido muy importante en el trabajo de LUP, creando una verdadera red de colaboradores que se potencian y benefician de esta alianza. 

“Nuestro objetivo es ayudar con la apertura de canales de comercialización y a través de esto sensibilizar a otras personas sobre el valor de los objetos hechos a mano y apoyar el comercio local.Si bien aún no hemos generado un impacto tan significativo, sí hemos podido validar nuestro modelo de trabajo y entender que hay una oportunidad de impactar positivamente a estas comunidades”, agrega Rafael.

Desde LUP se plantean varios desafíos para los próximos años, entre ellos seguir creando puentes para las nuevas generaciones de artesanos y acercarlos al diseño a través de la sustentabilidad.

 “Queremos aportar a mantener la artesanía vigente y acercar el reciclaje de plástico a localidades donde no está tan desarrollada la gestión de residuos, ya que vemos una relación virtuosa en estas actividades”, asegura Rafel Salas. 

Actualmente desde LUP están trabajando para masificar el uso de la fibra de plástico reciclado para que más personas puedan aprender a usar este material, ya sea con fines recreativos o como parte de su trabajo. 

“En los próximos 5 o 10 años esperamos haber consolidado nuestro modelo de trabajo y lograr que en las comunidades donde trabajamos no sólo aumenten las tasas de reciclaje, sino que la artesanía, el arte y el diseño sean alternativas de desarrollo personal y profesional”, concluye Rafael.

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