Los nuevos biomateriales: Telas hechas de café, naranjas y zanahorias

Isabel Tolosa L.

En la calle Dieciocho, en pleno centro de Santiago, y rodeado de casas antiguas que hablan de una época de esplendor capitalina, pocos se imaginan que en los salones del Palacio Morandé Campino está sucediendo una verdadera revolución tecnológica de los llamados biomateriales.

ProteinLab es parte del Centro de Innovación y Transferencia Tecnológica de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), y aquí, entre elegantes pisos de baldosas y perfectos techos de cristal, funcionan, a toda máquina, impresoras 3D, máquinas robotizadas y salas colaborativas para innovar.

Biomaterial y el café

Al fondo, en lo que antiguamente era una cocina, hoy literalmente prueban nuevas recetas. Un poco de glicerina, otro poco de fungicida para evitar la formación de hongos y lo más relevante, el residuo del café de la mañana. Con estos y otros ingredientes secretos, Macarena Valenzuela y Benjamín Díaz revuelven la olla y comienzan a preparar un material elástico hecho sobre la base de borra de café.

«Acá preparamos los biomateriales con lo que uno desecha del café, hemos medido por meses diferentes recetas. Las probamos varias veces hasta llegar a la consistencia que nos gusta. El proceso final queda como una jalea que al deshidratarse puede ser un tipo de tela. Nuestra idea es poder reducir al máximo los desechos orgánicos», nos cuenta Benjamín Díaz, diseñador industrial y encargado de los talleres de biomateriales. En el laboratorio todos le dicen, el cocinero.

Los biomateriales y la lucha contra los residuos

Macarena Valenzuela es la coordinadora de ProteinLab y el alma de este equipo. Es una defensora de los llamados biomateriales, sueña con trasformar estos residuos en telas y que la industria de la moda deje de producir grandes cantidades de desechos.

Según datos de Naciones Unidas, la industria textil en el mundo utiliza cada año 93.000 millones de metros cúbicos de agua, y también, anualmente, se tiran al mar medio millón de toneladas de microfibra, equivalente a tres millones de barriles de petróleo. Si a esto le sumamos los vertederos de ropa en nuestro desierto de Atacama, la moda, está lejos de ser un rubro sustentable.

Macarena saca de una caja una serie de retazos que parecen cuero y de inmediato nos dice- «¿qué se te viene a la mente cuando hablamos de biomateriales?» – , así parte su intervención y se le notan sus ganas de educar en este tema.

El concepto de economía circular nos empuja a todos a tener un consumo más consciente y si podemos tener ropa de materiales biobasados, estamos directamente ayudando al planeta y lo mejor de esto, es que ya está pasando.

Macarena Valenzuela, ProteimLab (UTEM)

«Lo que nosotros hacemos se llama biobasados. Utilizamos principalmente elementos orgánicos para desarrollar nuevos materiales. Estos, pueden ser sobre la base de cáscaras de naranja, zanahoria, rosa moqueta, té, café, hojas, etc. La idea es hacer una línea de experimentación y por qué no, poder desarrollar en el futuro una línea de vestuario».

Nos cuenta que en la moda, ya han experimentado en el mercado de los eco cueros con residuos de naranjas, que da muy buenos resultados por su color y por el desarrollo compacto que permite la materia de estos cítricos.

Todos los desechos orgánicos pueden reutilizarse

En el laboratorio Macarena nos muestra unos materiales hechos a partir de cáscaras de huevo y al tomarlos parecen arcilla, o incluso, un cemento muy bien mezclado. En cambio los frutos y las plantas, pueden ser más elásticos. Es sabido que todos los desechos orgánicos pueden ser reciclados y que es muy fácil de hacer, pero en Chile aún no tenemos esta práctica. Por ello ProteinLab ha salido de su centro para trasladar los aprendizajes a «La Fábrica» en la comuna de Renca. Junto al líder comunitario Mario Orellana, desarrollan talleres abiertos a los vecinos.

«El concepto de economía circular nos empuja a todos a tener un consumo más consciente y si podemos tener ropa de materiales biobasados, estamos directamente ayudando al planeta y lo mejor de esto es que ya está pasando». Así de entusiasta es Macarena Valenzuela, quien contagia con su pasión por estos experimentos. Sentada en la cocina, seguimos cocinando estos biomateriales durante un buen rato y no hay momento en que no se sienta que aquí encontramos la receta para ayudar al planeta.

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Biomaterial hecho a partir de desechos orgánicos Fotos: Isabel Tolosa L.
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