BIÓSFERA MÍA: INICIATIVA QUE BUSCA REFORESTAR CON 80 MIL ÁRBOLES Y CREAR UN NUEVO PULMÓN VERDE PARA SANTIAGO

Benjamín Ríos Merino

Rafael Sotomayor inició el proyecto de Biosfera Mía solo, tenía una pala y chuzo, con esto inició la limpieza del basural del Cerro La Ballena en Puente Alto. Sembró un árbol para representar el inicio de la fundación. Empezó a atraer a algunos curiosos y pronto se transformaron en voluntarios que se sumaban para limpiar los espacios de su barrio. Hoy ya son muchos los que trabajan en la causa de Biósfera Mía, que apunta formar un bosque completo para darle un pulmón verde para la capital.  

El proyecto pretende reforestar con vegetación nativa 41 mil metros cuadrados utilizando el método Miyawaki. Esto es una manera de aprovechar la simbiosis entre plantas para que se potencie su crecimiento. 

El trabajo de este proyecto está radicado en Puente Alto en un sector que colinda con la Villa La Primavera. Los motivos de porqué esta fundación se concentra en esta comuna es debido a que tienen un índice bajo de áreas verdes promedio por cada habitante, un alto nivel de hacinamiento, alto analfabetismo científico y un alto índice de vulnerabilidad.

La motivación para esta fundación surgió como un desafío de un estudiante a su profesor. “Todo surgió como una apuesta que tuve con un estudiante, era un sector bastante vulnerable donde hacía clases, en la comuna de Lo Espejo. Uno de mis alumnos me desafió, ´profesor, usted siempre habla de valores y de conciencia ambiental, ¿pero qué hace usted?`. Cuando le dije que como profesor tenía preocupación ecológica, me dijo que ese era mi trabajo. Le encontré razón, tenía que hacer algo más“, recuerda Rafael Sotomayor, fundador de Biósfera Mía.  

Todo espacio debe ser humanizado, es una consigna de nuestra fundación. Trabajamos de manera consciente y prudente, no de forma exponencial.

Rafael Sotomayor, fundador de Biósfera Mía

Sotomayor le aseguró que paso a paso podrían llegar a un proyecto tan reconocido como lo es Greenpeace. “Yo le dije a mi alumno que podíamos hacer una fundación que algún día tendría tanto renombre como Greenpeace. Me dijo, ´pero profe, usted no tiene ni auto`. A la semana siguiente ya estábamos limpiando un basural. Luego iniciamos talleres de huertos urbanos, la primera semana eran 5 vecinos, después 10, después ya teníamos que pedir la sede vecinal para reunirnos. Luego iniciamos con clases de reciclaje, compostaje y lombricultura”, explica Sotomayor.

Los proyectos de Biósfera Mía 

El trabajo de la fundación funciona bajo una lógica comunitaria. Un trabajo conjunto para poder aportar tanto a sus vecinos como al medioambiente. «Todo espacio debe ser humanizado, es una consigna de nuestra fundación. Trabajamos de manera consciente y prudente, no de forma exponencial. Cada vez que trabajamos en un nuevo territorio contactamos con sus vecinos, en espacios de diálogo abierto y con otras organizaciones que trabajan en el sector», explicó Sotomayor.

Además de los planes de reforestación en espacios urbanos, cuentan con otras iniciativas. Algunas de ellas son Memoria Cinestésica, un proyecto de realidad virtual para que adultos mayores con movilidad reducida puedan recorrer ambientes naturales. 

También trabajan en el proyecto Aula Viva. Consiste en hacer micro bosques en espacios educativos – a través del método Miyawaki – para utilizarlos como material didáctico para niños, niñas y jóvenes estudiantes. 

Biósfera Viva se proyecta a mantener estable estos y otros proyectos que están realizando. Muchos aún están en su periodo de piloto, por lo que buscan un financiamiento estable para poder encauzarlos y conseguir el impacto adecuado.

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